Tal como les comentamos en nuestro post referente al itinerario en Polinesia (https://corriendoelmundo.home.blog/2019/03/12/itinerario-polinesia-francesa/), primero nos alojamos en el hotel ubicado en una isla privada, y luego en la isla principal.

Bora Bora Pearl Beach resort & spa
Para ser totalmente sinceros, nuestra primera impresión no fue la del paraíso que me había imaginado. No me malinterpreten, la isla es hermosísima, pero no era perfecta como en mis sueños.
Habíamos reservado una noche en este hotel para poder disfrutar de su playa de ensueño y fue justamente lo que no pudimos hacer. Llegamos muy temprano, para poder aprovechar todo ese día y el siguiente, y así sacarle jugo a uno de los hoteles más caros en el que nos hemos alojado. La habitación no estaba pronta, pero eso no importaba, nosotros fuimos derechito a la playa y… aquí la decepción: muchas algas y mucho ruido. El hotel estaba en obras en los bungalós de la playa, por lo que ahí mismo estaban las máquinas excavadoras, taladros, y todo lo que hace ruido en una construcción.
Si bien podías meterte en el agua y caminar bastante hasta un punto que no se oyeran las máquinas y no hubiera algas, mi idea de playa ideal no se cumplió. Juan fue a preguntar si había otra playa en el motu (isla), y le dijeron que no. Días después, al hacer un recorrido en barquito por la laguna de Bora Bora, vimos que sí tenía….

Al momento de darnos la habitación, la recepcionista enfiló hacia las habitaciones sobre la laguna. Nosotros habíamos pagado por el bungaló en la playa, que era sensiblemente más barato, por lo que muy honestamente le avisamos del error, pero nos dijo que como estaban haciendo arreglos y había mucho ruido allí, nos habían pasado a estas habitaciones.
Y es así como terminamos en una de esas casitas divinas sobre el agua. La habitación era espectacular, estaba lo suficientemente lejos de la playa para que casi no hubiese algas y no se escuchara el ruido, pero no tanto como para que no te sintieras en ella. En ese punto nuestro humor empezó a cambiar y comenzamos a disfrutar mucho más.
Al otro día pensábamos quedarnos hasta el atardecer, pero realmente no había mucho para hacer… ni siquiera ir a la playa… por lo que al mediodía nos fuimos a la isla principal.
Mi opinión personal sobre el hotel no es muy buena. Creo que si están en obras, que afectan el principal atractivo del lugar, el hotel debería cerrar hasta que éstas finalicen. Por otro lado, si bien nos dieron una habitación más cara, el hotel debería habernos avisado con anticipación sobre el cambio, porque realmente nosotros preferíamos las de la playa (en el post que publicaré sobre Maldivas, podrán leer nuestras experiencias en ambos tipos de habitación).
En síntesis: Bellísimo, pero no es el paraíso.
Isla principal de Bora Bora
Aquí si nos acercamos bastante más al paraíso. La isla es grande, tiene un par de pueblos, y es donde la gente vive. Nosotros nos alojamos a pocos pasos de la playa Matira; es la única playa de la isla… pero ¡Qué Playa! Está en mi top ten de playas, seguro.

Matira es una playa angosta y larga, de arena blanca, con algunas palmeras y árboles donde poder acostarse a la sombra. Lo que la distingue es sin duda su agua: además de ser espectacularmente transparente, calentita y calma; su belleza radica en que puedes caminar cerca de un kilómetro y el agua aún te llegará a la cintura.
En el agua, a solo unos metros de la arena puedes ver corales vivos rodeado de pececitos de colores. No hace falta ni meter la cabeza en el agua para verlos. Un espectáculo.

En la playa hay muy poca gente, pero si no quieres que haya absolutamente nadie, con caminar un poquito es suficiente. Para el final de las vacaciones ya conocíamos el movimiento habitual de la playa: el señor que todos los días pasaba debajo de su árbol, los horarios de los puestos de comida, el fin de semana donde la gente tiene libre y va a disfrutar de la playa. El último día vino un crucero y me pareció que había un montón de gente comparado al resto de los días… contamos, y en el agua había solo ocho personas, así que háganse una idea de lo que era los otros días… MUY POCA GENTE.

Actividades
Listaremos varias de las actividades que se pueden hacer. Nosotros hicimos muy pocas porque son caras y nuestra idea era también descansar. Pasamos a listarles:
- Kayak y Paddle: casi seguro que el hotel donde te alojes te dará los dispositivos de forma gratuita para que puedas disfrutar de estas actividades. Nosotros hicimos ambas.
- Recorrido en barco por la laguna: También la hicimos, y de esta quiero explayarme un poco más, por lo que comentaré luego del listado.
- Buceo: si bien tenemos certificado PADI (fundamental para hacer buceo de forma seria y segura) no lo hicimos por dos razones. Primero que era muy caro, y segundo que seguro iba a ser buceo con tiburones, y es algo que me ponía muy nerviosa. No quise hacerlo.
- Snorkel: hicimos en el recorrido en barco, pero creo que hay algunos específicos.
- Alquiler de bicis, autos o motos para recorrer la isla: no lo hicimos, pero puede ser una buena forma de conocer e ir al pueblo Vaitapé.
- Subida al Monte Otemanu: No lo hicimos. requiere todo el día, buen estado físico, conocimientos de escalada y un guía. Se dice que las vistas desde arriba son impresionantes.
- Subida al Monte Pahia: Tampoco lo hicimos, requiere unas 4 horas. Este monte es un poco más pequeño que el anterior y puede subirse desde el costado de la iglesia de Vaitapé.

Recorrido en Barco
La empresa La Plage, ubicada en el hotel Sofitel y también en la playa Matira, casi en el extremo norte, alquila barquitos a motor. Hay varios tipos, pero el que tiene el motor más pequeño no requiere licencia para ser manejado, por lo que puedes manejarlo tú mismo y recorrer libremente la laguna. Alquilan por medio día o un día entero. Para dar la vuelta a la laguna se requiere todo el día, por lo que te aconsejamos esta opción.

Junto con el barco te dan chalecos salvavidas, máscaras de snorkel, una conservadora grande para llevar tu comida y bebida; y un mapa con todas las explicaciones para que no te pierdas.
Si eres como yo, que no tiene ni idea de cuestiones náuticas y tienes tus reservas con respecto a alquilar el barco, tranquilo que realmente es muy fácil y seguro, si sigues las indicaciones al pie de la letra.
Los motus son privados, por lo que en todo el recorrido puedes bajar a la playa solamente en dos lugares; pero también puedes bajar en otros puntos sin llegar a ir a la playa (recuerdas que te dije que a más de un kilómetro de la costa el agua llegaba a la cintura..? bueno, esa es la trampa, je). Los lugares donde ver cosas interesantes, bañarse y puntos con buenas vistas están todos marcados en el mapa, y te lo explican en detalle antes de salir con la embarcación.
Es mandatorio llevar líquido y también algo de comer, ya que en el único punto que puedes bajar y hay puestos de comida es en Matira, que es casi al final del recorrido.
¿Dónde Comimos?
Comimos en casi todos los locales de los alrededores de Matira, por lo que les podemos contar bastante.
Como les comentábamos en el post del itinerario de Polinesia, la comida es cara, por lo que para desayunos, meriendas, colaciones y alguna comida, hicimos un pequeño surtido en el supermercado y nos manejamos bien con eso. Hay dos supermercados en la zona de Matira, uno en el extremo sur de la playa (el más pequeño y caro) y otro más cerca del Sofitel, que tiene mayor variedad de cosas y es un poco más económico.
Con respecto a los restaurantes, no tienen ni cerca la elegancia que indicarían sus precios en cualquier otro lugar del mundo. La comida es rica, pero la infraestructura básica. Salvo dos o tres lugares, el resto son todos así.
- Snack Matira: restaurant al norte de la playa. Comida buenísima, buena atención, WIFI y mucha gente local, por lo que seguro es de lo mejor en la zona.
- Snack Otoamana: sobre la playa Matira, en la entrada principal. Lo más barato que encontramos. Comida muy rica, recomiendo el Poisson cru (especie de seviche con leche de coco)
- Al lado de Otoamana hay otro, que es más grande y parece de mejor calidad, pero no lo es. La comida no nos gustó nada.
- Roulotte Matira: Exactamente donde sale la calle que lleva al hotel Intercontinental. Nos costó encontrarlo porque no estaba donde decía Trip Advisor, pero que suerte que lo encontramos! Personal súper amable, el ambiente lindo, muy buena música, y la comida de las más ricas de toda la estadía.
- The Lucky House: en frente a Roulotte Matira. Este fue el único restaurant al que fuimos y se lo notaba de mayor calidad en el sentido de la variedad del menú, la vajilla, etc. Muy lindo y rico.
¿Cómo nos movimos?
Desde el aeropuerto a la isla principal hay un ferri que demora 15 minutos, es gratis y está en coordinación con los vuelos. Luego en la isla puedes alquilar algún medio de transporte o tomarte taxi, los buses son escasos. Nosotros una vez que llegamos al hotel el resto de los traslados fueron a pie.

Espero que les sirva nuestra experiencia y por favor ayúdennos a completar la guía escribiendo en los comentarios. Gracias!